Dicen que nada está realmente (ni para siempre) oculto bajo el cielo, pero nuestros pensamientos ¿están tan a la mano? ¿Es posible ver lo que pensamos?
Nuestros pensamientos se manifiestan en acciones, en las decisiones que tomamos, el estilo de vida que optamos, la forma de nuestras relaciones personales y como nos relacionamos con nuestro entorno, todo eso nos va dando pistas respecto a lo que pensamos de nosotros, de los otros, de la vida, de cómo creemos que son las cosas, así que sí, podemos ver lo que pensamos.
Te propongo sentarte tranquilamente y observar como si estuvieras en el cine, esa “película” que pone en evidencia tus pensamientos.
¿Cómo son tus mañanas y el inicio de actividades? Son mañanas que te dan energía, te llevan a alcanzar tus metas o desde el principio del día ya estás con una losa sobre la cabeza y la espalda y todo lo que quieres es que acabe pronto para irte a dormir otra vez.
Podemos ver lo que es importante para nosotros cuando observamos las actividades a las que le dedicamos más tiempo y energía ya sean profesionales, académicas, familiares o de ocio y podemos darnos cuenta si están de acuerdo a lo que queremos si notamos lo feliz o no que somos al realizarlas.
Si miraras tus relaciones ¿qué encontrarías? Espacios nutritivos, positivos y armónicos o relaciones tensas en dónde el prejuicio, la queja y la negatividad prevalecen. ¿Qué dice de ti la forma en la que los demás te tratan y como tú los tratas? ¿Puedes notar la vida de los demás sin sentir pena, vergüenza o envidia?
Ser observador de uno mismo puede ser un ejercicio que nos permita reflexionar sobre los aspectos a fortalecer, a abandonar y a incorporar para ser más como queremos ser o encontrar una mejor forma de ser nosotros.
¿Qué es lo que dice la vida qué estás creando todos los días de lo que hay en tu cabeza?