A veces “amamos” tanto a nuestros defectos y errores, nos “encariñamos” con aquello que no nos ha permitido avanzar y nos ha limitado, que nos negamos a trabajar en ellos y en dejarlos ir, hacerlo representaría salir de nuestra área de confort en el que “sabemos”quienes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. Defendemos a capa y espada a quien creemos que somos bajo el argumento de la “auto aceptación” y nos amparamos con el típico “así como soy me amo y soy maravilloso, por lo tanto, no tengo que cambiar”.
Parte de tener una alta autoestima es el conocernos y aceptarnos como somos, pero si nos descuidamos un poco podemos caer en la “autocomplacencia” o en “amarnos” tanto, así como suponemos que somos, que no nos inquiete ni siquiera un poco el querer ser una mejor versión de nosotros mismos y hacer algo para acercarnos a ello. Creer que así como somos es lo único que seremos y creer firmemente que sabemos lo que hacemos y hacia dónde vamos es condenarnos a la inmovilidad y a la pasividad.
Yo te preguntaría: ¿Crees que así como eres hoy, así totalmente, y únicamente, así eres? ¿Así como eres ahora, te gustaría ser toda la vida? ¿No hay algo que te gustaría ser además de lo que ahora eres? ¿La vida que ahora tienes será lo único? ¿”Esto” (por decirlo de alguna forma) que hoy eres, eso será todo de ti? ¿Esto es todo?