¿Cuándo decidiste lo que hoy eres?
Puede resultar extraña la pregunta sobre todo porque la vida va tan rápida, a veces tan imprevista y otras veces tan rutinaria que podemos “olvidar” que aún entre todo lo que sucede a nuestro alrededor podemos elegir.
En algún momento, que quizás ya no tengas presente, decidiste lo que querías de la vida, hiciste un plan mental de cómo sería, te imaginaste cómo serías cuando acabaras la escuela, encontraras pareja, trabajaras, formaras una familia, viajaras, consiguieras algunas cosas o alcanzaras algunos sueños y entonces te levantaste día tras día e hiciste algo para conseguir esa vida. Tal vez funcionó o quizás no.
Todo el tiempo estamos tomando pequeñas decisiones y eso va construyendo nuestros días, nuestra persona, nuestras relaciones, nuestros proyectos, sin embargo, no somos conscientes del impacto y su importancia, lo tenemos tan en automático que simplemente lo hacemos y sólo nos cuestionamos o nos conflictuamos cuando nos damos cuenta que es una “gran decisión” lo que tenemos enfrente.
A veces en principio decidimos algo, pero a la hora de llevarlo a la acción tomamos otros rumbos y eso modifica todo.